29 de febrero de 2012

FRAGMENTOS - Antonio Soler

'... Esa fue la primera tarde que Miguelito vio a Luli Gigante. Ya la había visto tiempo atrás, cuando iba  con sus amigos a observar cómo Rafi Ayala despellejaba gatos en las tapias del convento o a ver como se metía la punta de un destornillador por el agujero de la uretra o se subía a pulso sobre un ladrillo colocado encima del pene. También la había visto algunas mañanas, antes de caer enfermo, en el camino de los ingleses, ella abrazada a sus libros y él por la acera contraria, camino a la droguería. Pero aquella fue la primera vez que Luli le dedicó una mirada lenta y una sonrisa que apenas era una sonrisa, tan suave que el Babirusa no la advirtió y Miguelito, cuando ya había avanzado unos pasos calle adelante, tampoco estaba seguro del gesto...'

ANTONIO SOLER - El Camino De Los Ingleses

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