8 de febrero de 2012

EL CAMINO DE LOS INGLESES - Antonio Soler


'... Un poeta que no escribió ningún verso, una mujer que hizo un anuncio de polvos de talco y pensó que era Lana Turner, una chica que anhelaba ser bailarina profesional y recibía clases gratuitas de samba en un local nocturno o un muchacho que justificaba el abandono de su padre imaginando que se lo había llevado una noche de tormenta y que la lluvia lo devolvería, como a las ranas, en un lugar aleatorio, son algunos de los personajes de El Camino de los Ingleses.
Unos personajes que viven en el periodo entre la adolescencia y la edad adulta, en la que los sueños empiezan a desquebrajarse y la vida plácida y despreocupada empieza a teñirse con las oscuras nubes del incierto futuro. En esta etapa de cambio permanente, el grupo es el último fortín donde el piso es todavía firme y donde las reglas son todavía ajenas al exterior...'




No me malinterpretes, esta vez tenemos un libro no tan espiritual, pero si melancólico del que, no aprenderemos mucho porque no es su razón de ser, sino que nos hace espectadores de una historia de un grupo de jóvenes (unos más que otros). Historia que aunque no creas, así como yo, es como nos dice la tapa, aunque la verdad no es tan así vista através de Antonio Soler. En esta época en la que nos cuesta quedarnos quietos, escuchar y dedicar tiempo a desconectarse, su autor nos dice:  siéntate y concéntrate nada mas, no pierdas detalle... (es de esperar que su adaptación cinematográfica esté a la altura)

La historia está contada de forma en tiempos distintos, así como uno piensa. Antonio Soler nos invita a sentarnos y leer y releer la historia, porque las primeras páginas las entiendes una vez leídas las finales, cosa que siempre me ha encantado hacer. 

Este libro me acompañó en noches de insomnio (mi razón de leer), clases de inglés y malos ratos laborales. Especial para unos discos de Massive Attack que llevé en mi mp3 por esos días de invierno-primavera. Es un bálsamo dormir luego de saber una que otra escapada de estos personajes, unos don nadie, que el relato los transporta a lo más alto de sus espectativas y sueños de joven que uno también compartió. Es precioso tener la oportunidad de pararse hoy y darte cuenta en lo que te has convertido, en las decisiones, unas buenas y otras malas, que tu mismo has tomado (en este caso '... que yo mismo...'). Es la autenticidad de crecer, saber que aveces es fácil dejar cosas para después cuando la verdad se te acaba el tiempo y ese que eres contrasta con ese que 'pudiste ser', ya que cada acto tiene su consecuencia. Este libro habla de eso, bastante gráficamente si prestas mucha atención, es un libro que no me gustó terminar de leer, por las bellas frases, por su violencia, por Dante (si, por Dante), por su realidad cruda, la vergüenza humana, la crueldad, esas verdades que nos duelen, el sexo, la belleza del baile, las historias dentro de otras historias que se destapan como muñecas rusas, por eso y sólo por eso que hoy se me recuerdo recomiendo este libro que también compré en una rebaja y lo empecé a devorar el el colectivo camino a casa.

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