es duro buscarme, por lo general me escondo, es una especie de libertad, una mezcla de
cobardía con
diversión, una
diversión cómoda, esa
situación de estar desnudo a la luz del
día invisible a ojos como los tuyos. En las mañanas despierto con hambre, es verdad, pero en todo este tiempo a ratos me siento solo, perdido en estos pasajes de mi cabeza loca... si soy casi un enigma que me da miedo resolver y que resuelvan. Prefiero que esa caja no se
habrá, perderla en la entrada de tu casa, perderla entre tus abrazos, en esa puerta
café que toque para que sanen, en una que otra
peregrinación u entrada al cine... Perder la cabeza puede ser
fácil pero no de la forma en que necesito... no basta con decirle
adiós y ser libre... porque
tal vez algún día vuelva a casa y no sera bueno para nadie que toque mi puerta.